Estas fotos prueban la primera de las leyendas urbanas: el enano de la máquina de café.
El trabajo de "enano en la máquina de café" nace con el primer enano que se colocó en una máquina de café a modo de castigo, de nombre Romualdo Verizo. Este ser despreciable fue condenado a reclusión perpetua en la mencionada máquina, purgando pena por un aberrante crímen cometido en épocas pasadas.
Van las fotos, donde podemos ver al Carcelero alimentando al enano. O al empleador. Nunca lo sabremos, ya que al preguntarle a cualquiera de los dos, ambos responden respectivamente "trabajador" y "empleador".
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