jueves, 28 de mayo de 2009

Hablá como quieras, total...

Solemos jactarnos de ser un pueblo culto, repitiendo como loros que el Uruguay es una isla de cultura europea en un mar de ignorancia latinoamericana.
No deja de ser una irrealidad este planteo, a la luz de las evidencias que demuestran día a día que descendemos cada vez mas profundamente en los abismos de la chabacanería y el ramplonismo mas desenfrenados, de la mano de Marcelo Hugo y toda la cohorte de programas televisivos aledaños. Puede ser de perogrullo repetir que estamos pagando el precio de las políticas impuestas tras la dictadura y llevadas hasta el paroxismo por los gobiernos blancos y colorados de los noventas. Pero nunca esta de más.
¿Que me motiva a escribir esta vez? Palabras. El uso de estas, o mejor la sustitución de las nuestras por las de Disney Channel, Nick Channel, etc.
"Fontanero" en vez de "sanitario"; "pastel" en vez de "torta"; "cavando" en vez de... "excavando". Aunque ésta puede no estar tan mal, igual es medio raro oir a un niño de cuatro años decir "estoy cavando". Falta que agregue "un hoyo" en vez de "un agujero". Más dificil se me hace pensar en un niño comiendo su "pastel" de cumpleaños, mientras su madre espera al "fontanero" para que arregle... ¿el "grifo"?
¿Que está pasando? ¿Uno se vuelve un viejo reaccionario si piensa que cuando era chico y se le ocurría la feliz idea de decir "plagio" en vez de "secuestro", estaba bien que lo corrigieran? ¿Incluso si lo había sacado de la tele? ¿Es que debe uno cruzarse de brazos, y morderse la lengua, para no decir lo "comoelorto" que le cae esta situación? ¿Debemos presenciar alegremente este secuestro de nuestras palabras?
Las palabras jamás son inocentes. Representan lo que pensamos, y cuando decimos algo (aunque no lo tengamos en cuenta o no lo hagamos concientemente) tambien decimos como somos. Los términos están cargados de significados mas allá del intrínseco. No es lo mismo decir "policia" que "milicada", "mujeres" que "minas"... y así.
De la misma manera, "pastel" no es lo mismo que torta. No aquí, por lo menos, herederos como somos de las tradiciones españolas, y de su cocina, donde pastel es generalmente de masa de hojaldre. Pastel es de México. Y bien por ellos. Acá pastel es de carne, verduras, o similar. Incluso se dá el pastel de dulce de leche o de dulce de membrillo. De masa de HOJALDRE: no de bizcochuelo y dulce de leche (¿o debí decír "manjar"?)
O sea: estoy preocupado. Pero no del secuestro en si mismo, sino de la alegría con que lo recibimos.
Chau.

martes, 5 de mayo de 2009

Los animales elijen buena música

A la música se le atribuyen muchas "propiedades". Te enerva, te tranquiliza, te euforiza. Creo que depende de que estilo nos guste, pero pienso que quien más, quien menos, ha sentido cosas al escuchar algo agradable a su oído. Y no importa si es clásica, metal, cumbia, melódica, rock, folklore o candombe. Siempre y cuando agrade al oído en cuestión, la música produce sensaciones.

Se ha repetido hasta el cansansio que la música amansa a las fieras. Pues bien, desde ahora en más, esto es discutuible.

¿Ejemplos a favor? Dicen que la música clásica es capaz de frenar leones (supongo que será Vivaldi, no me imagino un león frenando ante "La Cabalgata de las Valquirias" de Wagner, dado el caso), que propicia incluso el desarrollo vegetal: plantas que crecen mas rápido y lindas.

No sé: todo es posible. Lo que se nota que también es posible es lo que produce la música barroca contemporánea, mas conocida como metal, en el cerebro de un inocente animalito.

Aquí se puede ver, las pruebas son fehacientes: un perro metalero.


Up the Irons!!!