viernes, 30 de julio de 2010

Pionero del Copyleft

¿Saben lo que es el copyleft? La alternativa al copyright. El copyright, o derecho de copia, es lo que se traduce arteramente como "derecho de autor". El derecho de autor es, estrictamente, otra cosa que el copyright; este último es mas bien el derecho que tienen los editores sobre la obra, el derecho de copia. Proviene de Inglaterra, y es la base de la explotación de las editoriales sobre los autores de los libros; y si bien se enuncia siempre como la salvaguarda de la obra y de sus autores, no es otra cosa que el seguro de explotación que tienen quienes distribuyen una obra (generalmente en forma de libros o similares, y música).

Bien, y todo esto ¿para qué? Pues que acabo de levantar una noticia de la radio sobre una serie basada en copyleft, The pionner.

La trama: "An object in the sky spreads radiation over North America. Fearing terrorism, U.S. Homeland Security agents are dispatched to investigate and contain the damage. What they discover will have implications for the entire world". ¿Clarito? "Un objeto en los cielos esparce radiacion sobre Norteamerica. Temiendo terrorismo, la USHS envía agentes a investigar y contener el daño. Lo que encuentran puede tener repercusiones para el mundo entero".

La novedad: la serie está amparada en el copyleft. Se puede descargar gratis del sitio, pero para que siga (son 7 capítulos) hay que colaborar. 5, 10, 25 y 100 dolares son los montos de las donaciones, las cuales son "retribuídas" en distintos grados: desde poder descargar el tema principal de la serie hasta ser nombrado en los créditos de alguno de los capítulos siguientes. ¿Original, no? Así se salta el control de los "mass media" sobre el producto, y con dinero se asegura producir contenidos con calidad.

La "ventaja": se puede descargar igual aunque no se done nada. Es genial, lo único que te piden es que los difundas.

Va un poroto para esta serie. Tiene tomo mi respaldo y mi "soporte". Que no es mucho, pero es algo.

Dejo los links, pero entren al site a verlo. Es excelente.

Por torrent:

Por descarga directa

Si no tenes bittorrent instalado

On line

Además, se pueden bajar los subs desde la página misma.

Up the Irons!!!

miércoles, 28 de julio de 2010

No te apures por aprender

Me tiene medio asombrado el tema de la velocidad en estos tiempos. No porque yo no la aplique. Es que en estos días (y a riesgo de sonar a "viejo") todo pasa por la inmediatez. Todo tiene que ser ya, ahora, right now. Un ejemplo: la gente que quiere salir en la tele. Los que quieren ser famosos. A ver, gabriel...

La gente no quiere ser el mejor guitarrista del mundo, el mejor cantante, el mejor escritor, el mejor ingeniero, el mejor gobernante (el mejor canciller, en estos tiempos). No; la gente quiere ser famosa. O eso se le vende a la gente como felicidad: ser FAMOSO.
La fama solía sustentarse en algún detalle exclusivo, resaltable, único. Algún rasgo distintivo de un ser humano, o una habilidad pulida hasta lo exquisito. Eso puede (o no) hacer de un ser humano "normal", alguien famoso. Tener algo distinto, ser distinto. Pero además, ser de muy bueno para arriba. Hay que tener ua aptitud (la que sea: mejor ingeniero o mejor guitarrista) que a uno lo coloque (potencialmente) en la cúspide, o por lo menos a menos de 100 metros de ella. Ahora: llegar a la cúspide es otro cantar, estamos de acuerdo, ¿no?

Pero esperar ser famoso por nada es el colmo. Sobran programas de la vecina orilla (consumidos con fruición en este lado, vale decirlo, aunque cacareemos que los odiamos, aunque nos creamos mas cultos y elevados) donde hay famosos por aparecer en la tele armando quilombo. Nueva profesión: "mediático". ¡MEDIÁTICO! Habráse visto, lo que hace la gente para no laburar...

El ejemplo extremo de este fenómeno (el de la fama: el de los mediáticos es otro), decía, el ejemplo extremo es el testigo que no vió el hecho. -"No, yo no lo ví, pero me dijeron que el choque paso así, la culpa la tiene aquel...". Y de esos, dijera el Piñe, tengo miles.

Hay una necesidad creada de ser famoso porque sí, sin mérito alguno, unido a la inmediatez de que "todo tiene que ser ya mismo". Por eso comparto con ustedes estas memorables líneas del Negro Alejandro Dolina. Nunca estaré a la altura de esas palabras, pero el toca el piano lindísimo, y yo quisiera algún día tocar el bajo como él toca el piano.

Acá vá.


"La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero. Entre las cosas que parecen acelerarse figura -inexplicablemente- la adquisición de conocimientos.

En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez: “….haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos….. ”

Quizá se supriman algunos… detalles. ¿Qué detalles? Desconfío. Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas, no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí -o a cualquiera- me llevó decenios.

¿Por qué florecen estos apurones educativos? Quizá por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado. Es una lamentable característica que viene acompañando a los hombres desde hace milenios.

A causa de este sentimiento algunos se hacen chorros. Otros abandonan la ingeniería para levantar quiniela. Otros se resisten a leer las historietas que continúan en el próximo número. Por esta misma ansiedad es que tienen éxito las novelas cortas, los teleteatros unitarios, los copetines al paso, las “señoritas livianas”, los concursos de cantores, los libros condensados, las máquinas de tejer, las licuadoras y en general, todo aquello que nos ahorre la espera y nos permita recibir mucho entregando poco.

Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas. O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo. O que le hubiera encantado leer a Dostoievsky, pero les parecen muy extensos sus libros.

Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio.

Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando “Desde el Alma” sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro.

Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa.

Emprenda una carrera corta. Triunfe rápidamente.
Gane mucho “vento” sin esfuerzo ninguno.

No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable.
¡No señores: aprender es hermoso y lleva la vida entera!

El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzará a acompañar la zamba de Vargas. “Nunca termina uno de aprender” reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto.

Los cursos que no se dictan: Aquí conviene puntualizar algunas excepciones. No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante. El olvido, sin ir más lejos. He conocido señores que han penado durante largos años tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir). Y he visto a muchos doctos varones darse a la bebida por culpa de señoritas que no valían ni el precio del primer Campari. Para esta gente sería bueno dictar cursos de olvido. “Olvide hoy, pague mañana”. Así terminaríamos con tanta canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de la buena gente.

Otro curso muy indicado sería el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como él supone. Todos -el soberbio y sus víctimas- podrían ahorrarse centenares de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea.

Hay -además- cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los “sistemas para enseñar lo que es bueno”, “a respetar, quién es uno”, etc.
Todos estos cursos comienzan con la frase “Yo te voy a enseñar” y terminan con un castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes.

Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba.
Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida.

De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda.

Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo.

“Aprenda a tocar la flauta en 100 años”.
“Aprenda a vivir durante toda la vida”.
“Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan solo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje” .

ALEJANDRO DOLINA

jueves, 22 de julio de 2010

Manual de reparación de Mp3 y Mp4

Bien, una utilidad que agradecemos a Clasic_Video. Esta vez nos pone a disposición un manual explicativo de Mp3 y Mp4. Algunos conceptos pueden estar "vencidos", pero la parte de reparación vale la pena. Además tiene una montaña de consejos dignos de ser seguidos.
Acá dejo el link. Que aproveche.

Up the Irons!!!

domingo, 18 de julio de 2010

Ojo con Pablito

Aca queda un video de una conferencia de prensa de Pablo García en Grecia. Pablito está militando en el PAOK. El que está al lado es el traductor. Parece que a Pablito no le gusta que lo traduzcan mal. Yo lo pensaría dos veces, porque si no te pega, te deja pegado. Un baluarte, un puntal, un bastión de la uruguayez. Un ejemplo a seguir. El segundo video incluye esta perlita, pero adiciona además las pruebas empíricas de los huevos de este charrúa de pura cepa.
Que te quede claro. Ojo con Pablito.



sábado, 17 de julio de 2010

El segundo mejor lanzamiento del año

¿Recuerdan a Arnold Schwarzenegger peleando con un bicho absolutamente invencible, con las mejores armas del universo, el mejor camuflage y las rastas más envidiables? Pues bien, Arnold no vuelve. Pero el bicho sí.

Robert Rodriguez presenta "Predators", dirigida por Nimród Antal, jovenzuelo de apenas 37 añitos. El trailer promete, pero lo que es una maza es el site: si eligen "Predator's tools" en el manú "Features"... pueden destruir el sitio web que quieran con las armas del simpático alienigena. ¡Una pegada!

Acá el sitio web. Y también el trailer. Es pa junio. A esperar un poquito y a rezar que no sea como "Aliens Vs Predator" (1 y 2); que estaban buenas, pero uno quedaba con la sensación de que faltaba algo más (tal vez una batalla épica entre Predators y Aliens, más que algunos buenos encuentros mano a mano o en patota). Si por lo menos Justicia Infinita hiciera la avant premiere... ya sería algo.

viernes, 16 de julio de 2010

Tres visiones del Mundial


Pacho Maturana, colombiano, hombre de vasta experiencia en estas lides, dice que el fútbol es un reino mágico, donde todo puede ocurrir. El Mundial reciente ha confirmado sus palabras: fue un Mundial insólito.

Insólitos fueron los diez estadios donde se jugó, hermosos, inmensos, que costaron un dineral. No se sabe cómo hará Suráfrica para mantener en actividad esos gigantes de cemento, multimillonario derroche fácil de explicar pero difícil de justificar en uno de los países más injustos del mundo.

Insólita fue la pelota de Adidas, enjabonada, medio loca, que huía de las manos y desobedecía a los pies. La tal Jabulani fue impuesta aunque a los jugadores no les gustaba ni un poquito. Desde su castillo de Zurich, los amos del fútbol imponen, no proponen. Tienen costumbre.

Insólito fue que por fin la todopoderosa burocracia de la FIFA reconociera, al menos, al cabo de tantos años, que habría que estudiar la manera de ayudar a los árbitros en las jugadas decisivas. No es mucho, pero algo es algo. Ya era hora. Hasta estos sordos de voluntaria sordera tuvieron que escuchar los clamores desatados por los errores de algunos árbitros, que en el último partido llegaron a ser horrores. ¿Por qué tenemos que ver en las pantallas de televisión lo que los árbitros no vieron y quizá no pudieron ver? Clamores de sentido común: casi todos los deportes, el basquetbol, el tenis, el béisbol y hasta la esgrima y las carreras de autos, utilizan normalmente la tecnología moderna para salir de dudas. El fútbol, no.

Los árbitros están autorizados a consultar una antigua invención llamada reloj, para medir la duración de los partidos y el tiempo a descontar, pero de ahí está prohibido pasar. Y la justificación oficial resultaría cómica, si no fuera simplemente sospechosa: el error forma parte del juego, dicen, y nos dejan boquiabiertos descubriendo que errare humanum est.

Insólito fue que el primer Mundial africano en toda la historia del fútbol quedara sin países africanos, incluyendo al anfitrión, en las primeras etapas. Sólo Ghana sobrevivió, hasta que su selección fue derrotada por Uruguay en el partido más emocionante de todo el torneo.

Algunos resentidos llegamos a sospechar que el pulpo era un corrupto

Insólito fue que la mayoría de las selecciones africanas mantuvieran viva su agilidad, pero perdieran desparpajo y fantasía. Mucho corrieron, pero poco bailaron. Hay quienes creen que los directores técnicos de las selecciones, casi todos europeos, contribuyeron a este enfriamiento. Si así fuera, flaco favor han hecho a un fútbol que tanta alegría prometía. África sacrificó sus virtudes en nombre de la eficacia, y la eficacia brilló por su ausencia.

Insólito fue que algunos jugadores africanos pudieran lucirse, ellos sí, pero en las selecciones europeas. Cuando Ghana jugó contra Alemania, se enfrentaron dos hermanos negros, los hermanos Boateng: uno llevaba la camiseta de Ghana, y el otro la camiseta de Alemania.

De los jugadores de la selección de Ghana, ninguno jugaba en el campeonato local de Ghana. De los jugadores de la selección de Alemania, todos jugaban en el campeonato local de Alemania. Como América Latina, África exporta mano de obra y pie de obra.

Insólita fue la mejor atajada del torneo. No fue obra de un portero, sino de un goleador. El atacante uruguayo Luis Suárez detuvo con las dos manos, en la línea del gol, una pelota que habría dejado a su país fuera de la Copa. Y gracias a ese acto de patriótica locura, él fue expulsado pero Uruguay no.

Insólito fue el viaje de Uruguay, desde los abajos hasta los arribas.

Nuestro país, que había entrado al Mundial en el último lugar, a duras penas, tras una difícil clasificación, jugó dignamente, sin rendirse nunca, y llegó a ser uno de los mejores. Algunos cardiólogos nos advirtieron, desde la prensa, que el exceso de felicidad puede ser peligroso para la salud. Numerosos uruguayos, que parecíamos condenados a morir de aburrimiento, celebramos ese riesgo, y las calles del país fueron una fiesta. Al fin y al cabo, el derecho a festejar los méritos propios es siempre preferible al placer que algunos sienten por la desgracia ajena.

Terminamos ocupando el cuarto puesto, que no está tan mal para el único país que pudo evitar que este Mundial terminara siendo nada más que una Eurocopa. Y no fue casual que Diego Forlán fuera elegido mejor jugador del torneo.

Insólito fue que el campeón y el vicecampeón del Mundial anterior volvieron a casa sin abrir las maletas. En el año 2006, Italia y Francia se habían encontrado en el partido final. Ahora se encontraron en la puerta de salida del aeropuerto. En Italia, se multiplicaron las voces críticas de un fútbol jugado para impedir que el rival juegue.

En Francia, el desastre provocó una crisis política y encendió las furias racistas, porque habían sido negros casi todos los jugadores que cantaron la Marsellesa en Suráfrica. Otros favoritos, como Inglaterra, tampoco duraron mucho. Brasil y Argentina sufrieron crueles baños de humildad. Medio siglo antes, la selección argentina había recibido una lluvia de monedas cuando regresó de un Mundial desastroso, pero esta vez fue bienvenida por una abrazadora multitud que cree en cosas más importantes que el éxito o el fracaso.

Insólito fue que faltaran a la cita las superestrellas más anunciadas y más esperadas. Lionel Messi quiso estar, hizo lo que pudo, y algo se vio. Y dicen que Cristiano Ronaldo estuvo, pero nadie lo vio: quizás estaba demasiado ocupado en verse.

Insólito fue que una nueva estrella, inesperada, surgiera de la profundidad de los mares y se elevara a lo más alto del firmamento futbolero. Es un pulpo que vive en un acuario de Alemania, desde donde formula sus profecías. Se llama Paul, pero bien podría llamarse Pulpodamus.

Al fin se hizo justicia, lo que no es frecuente en el fútbol ni en la vida

Antes de cada partido del Mundial, le daban a elegir entre los mejillones que llevaban las banderas de los dos rivales. Él comía los mejillones del vencedor, y no se equivocaba.

El oráculo octópodo influyó decisivamente sobre las apuestas, fue escuchado en el mundo entero con religiosa reverencia, fue odiado y amado y hasta calumniado por algunos resentidos, como yo, que llegamos a sospechar, sin pruebas, que el pulpo era un corrupto.

Insólito fue que al fin del torneo se hiciera justicia, lo que no es frecuente en el fútbol ni en la vida. España conquistó, por primera vez, el campeonato mundial de fútbol. Casi un siglo esperando.

El pulpo lo había anunciado, y España desmintió mis sospechas: ganó en buena ley, fue el mejor equipo del torneo, por obra y gracia de su fútbol solidario, uno para todos, todos para uno, y también por las asombrosas habilidades de ese pequeño mago llamado Andrés Iniesta. Él prueba que a veces, en el reino mágico del fútbol, la justicia existe.

Cuando el Mundial comenzó, en la puerta de mi casa colgué un cartel que decía "Cerrado por fútbol". Cuando lo descolgué, un mes después, yo ya había jugado 64 partidos, cerveza en mano, sin moverme de mi sillón preferido.

Esa proeza me dejó frito, los músculos dolidos, la garganta rota; pero ya estoy sintiendo nostalgia.

Ya empiezo a extrañar la insoportable letanía de las vuvuzelas, la emoción de los goles no aptos para cardíacos, la belleza de las mejores jugadas repetidas en cámara lenta. Y también la fiesta y el luto, porque a veces el fútbol es una alegría que duele, y la música que celebra alguna victoria de esas que hacen bailar a los muertos, suena muy cerca del clamoroso silencio del estadio vacío, donde ha caído la noche y algún vencido sigue sentado, solo, incapaz de moverse, en medio de las inmensas gradas sin nadie.


Uruguay: ¡te queremos!

La quinta selección de América Latina en clasificar al tramo final de la Copa del Mundo FIFA 2010 termina quedándose hasta el 10 de julio; y nos hace pensar en la lista de los que se fueron temprano a casa. Es el renacimiento del fútbol uruguayo, coloso en la Historia del fútbol mundial, gigante dormido que vuelve a despertar. ¡Bienvenidos de nuevo!. ¡Los queremos!

Los jugadores de la selección uruguaya de fútbol son leones. Juegan con vigor, como equipo, pensando colectivamente. Sienten amor por su patria. Se ve. Juegan con alma, con espíritu, se comen la cancha. Piensan juntos, trabajan juntos. Tienen un equipo de un único cuerpo.

Los jugadores de Oscar Washington Tabárez son héroes porque se las arreglaron para hacer en la Copa Mundial 2010 en Sudáfrica lo que ningún otro equipo: trabajar, sudar, luchar, sangrar,... y sentir, respetar, honrar y respirar el orgullo de lucir su camiseta. El amor por su país asoma en sus ojos y en sus almas.

No importa si esta maravillosa selección queda tercera o cuarta este sábado, porque Uruguay se ha elevado una vez más al pináculo en la Historia del deporte mundial y escrito su nombre en forma indeleble en los anales del fútbol.

Mirar la cara de Diego Forlán cuando su equipo conseguía o tomaba un gol era ver a un patriota, un héroe nacional y modelo para millones de hinchas de fútbol alrededor del mundo, y un ejemplo para cualquier profesional en cualquier campo de actividad. Es la imagen de una persona dedicada a lo que hace, que sobrepasa todas las expectativas porque tiene talento y es responsable, trabaja y siente amor por sí mismo antes que nada. Hablo de algo como mirarse en el espejo cada mañana y sentirse bien.

Lo que este equipo ha hecho en estas pocas semanas ha sido ubicar a Uruguay firmemente en el mapa y, lo que es más importante, en el centro de la conciencia global, inculcando un ejemplo brillante de profesionalismo y alcanzando el éxito a través del trabajo conjunto.

No sólo para el fútbol profesional: esta actitud también establece un gran ejemplo para cualquier equipo, para cualquier grupo de personas, en cualquier situación. Es el espíritu de este grupo liderado por Oscar Washington Tabárez el que nos toca, inspira y alimenta.

Gracias, Uruguay. Mientras Francia se fue de una, mientras Inglaterra, Italia, Argentina, Brasil tomaron vuelos anteriores de vuelta a casa, ustedes trabajaron, ustedes creyeron, ustedes escribieron poesía.

Desde el fondo de mi corazón, para todos nuestros corresponsales en Uruguay, gracias. Y estén orgullosos. Lo merecen.

Timothy BANCROFT-HINCHEY
PRAVDA.Rusia
Director Editor Jefe

Traducción; Eldo Lappe



UNO - Dunga es un matón, siempre fue un matón. Cree que el fútbol no es un juego en el que prevalecen los virtuosos sino los recios y tramposos, como recio y tramposo era él cuando jugaba con mala saña. Naturalmente, un matón desembozado como Dunga hizo una selección de matones. Todos en Brasil parecían malhechores tratando de hurtar un partido. En las caras de los brasileños no se advertía algo parecido al goce o al placer de jugar un juego, sino la tensión culposa del que se dispone a perpetrar una fechoría, el rictus delator del hampón con las manos en la masa. Todos, incluso Kaká, el predicador religioso con cara ñoña, parecían ensombrecidos por el espíritu zafio, vulgar de Dunga. Nunca jugó bien Brasil en este mundial. Hizo goles tramposos, no con una mano sino con doble mano. Tenía como defensores a unos sujetos patibularios, como Lucio o Melo o Juan, que parecían escapados de una cárcel de alta seguridad. Los brasileños, que antes jugaban bonito, ahora jugaban feo. Ganaban, pero jugaban feo. Y por suerte, les tocó jugar con Holanda, que es una selección que entiende el fútbol como un juego, como un disfrute de los sentidos, como una travesura, como un desafío pendenciero; una selección que juega con cierto aire distraído, como si igual le diera ganar o perder, con un espíritu risueño, como si lo más importante no fuera destruir a patadas al rival (la filosofía de Dunga) sino divertirse, pasarla bien, jugar bonito, hacer cabriolas imposibles y ver cuál de los pelados, si Sneijder o Robben, hace el gol más lindo. Holanda nunca jugó el mundial con el peso opresivo de representar a una tribu guerrera, Holanda siempre jugó el mundial como si fuera una pichanga entre amigos o un picadito después de un asado o una fiesta después de fumar hierba. Mi teoría (que no puedo probar) es que los holandeses juegan chispeantes de marihuana o han fumado tanta marihuana en su primera juventud que ya han quedado tocados de un cierto relajamiento ante todo. Y por eso Holanda le ganó a Brasil y sin duda mereció ganarle a Brasil. Porque Holanda jugó bonito, jugó relajadamente, jugó a sabiendas de que era un juego nomás, mientras Brasil se tensaba en unas asperezas de maleantes chapuceros que parecían conjurados para asaltar un banco o robarse el oro de la sacristía.

DOS - Tabárez es un maestro, Tabárez siempre fue un maestro. Escuche, usted, una conferencia de prensa de Tabárez y notará enseguida su humildad, su prudencia, su inteligencia con las palabras, su lucidez para decir sin jactancia ni aspavientos lo poco que tiene que decir".

Como Tabárez es ante todo un hombre inteligente y educado, la selección uruguaya es la prolongación de su inteligencia y su educación y es también, por supuesto, la suma de once hombres entrenados en esa noble tradición uruguaya de que el juego del fútbol, cuando es al país al que se representa, lleva consigo el peso del honor, pone en entredicho ya no solo las aptitudes de esos hombres para jugar el juego, sino también su coraje, su nobleza, su lealtad, su entrega incondicional, como si esos once elegidos para llevar el emblema del país fueran un regimiento, un batallón, un cuerpo de élite que va a una guerra sin armas en la que habrán de demostrar heroísmo además de habilidad para prevalecer sobre los otros.

Siendo un juego y estando sin armas, los uruguayos entienden el fútbol como una prueba de coraje y heroísmo, y solo por eso, no por ser más dotados técnica o físicamente, prevalecieron sobre los de Ghana, que a punto estuvieron de doblegarlos en esa batalla feroz.

Pero hubo tres momentos cruciales en los que Uruguay demostró que, no siendo superior a su rival, poseía sin embargo esa cuota extra de heroísmo o de arrojo torero:

- - cuando Luisito Suárez, en el último minuto del tiempo suplementario, sacó una pelota de la línea de su arco con los pies y otra con la mano, como Kempes contra los polacos en el 78, de pronto un delantero haciendo de arquero y perpetrando una trampa no para burlar las leyes del fútbol sino como un recurso desesperado para evitar la caída de los suyos, cosa que al parecer intuyó que habría de ocurrir cuando, ya expulsado, camino al vestuario, advirtió que el penal ejecutado con menos pericia que vehemencia pegó en el travesaño y entonces la mano de Luisito Suárez no fue una mano tramposa, mañosa, reprobable, sino una que expresaba la voluntad de inmolarse en aras del triunfo de su batallón;

- cuando, ya en la tanda de penales, el portero Muslera supo que la suerte del regimiento dependía ahora casi enteramente de su astucia para adivinar el destino de la pelota y su determinación para ir a desviarla y en efecto atajó dos penales tirándose hacia la izquierda y erigiéndose en el segundo héroe del pelotón uruguayo;

- y cuando, puesto a ejecutar el quinto y último penal, Abreu no se intimidó, no se puso nervioso, no se acobardó, sino que recordó que por algo Uruguay fue dos veces campeón del mundo y tal vez recordó que por algo tiene fama de loco, y entonces hizo lo que solo los locos y los genios podrían hacer en un momento cargado de tal dramatismo, un momento del que dependía la felicidad entera de un país, millones de miradas y corazones y alientos entrecortados que de pronto Abreu representaba en ese penal, millones de almas en vilo que cifraban su ilusión en que Abreu convirtiera, y entonces vimos lo que vimos y no olvidaremos: que Abreu, más que valiente, fue insolente en correr con su aire desgarbado, amagar un disparo potente y luego picar la pelota en cucharita para que hiciera un vuelo manso y aterrizara como una masita desdeñosa en el arco de Ghana, demostrando de ese modo quién sabía más, quién podía más.
En ese momento, Uruguay fue campeón del mundo y es ya campeón del mundo, no importa lo que pase después.

jueves, 15 de julio de 2010

Frases del festejo celeste

Acá va un somero recuento de algunos de los innumerables carteles que se pudieron leer en la caravana de la seleccion uruguaya el día 13 de julio (de aquí en más, fiesta patria):

"Gracias por la vuelta a la dignidad"

"3.500.000 de gracias"

"No importan las copas, Uruguay toma del pico"

"Gracias por ayudarnos a soñar"

"Esto es el comienzo"



Y acá los ingeniosos. Siéntense.


"Pulpo detestable" (de un niño)

"¿Y ahora que hago?" (de un caballero)

"Ruso la final la hacemos en casa" (de una dama)

"Nene, haceme todo menos los deberes" (de unas quinceañeras)

"Estamos listas" (de unas treintañeras)

"Cacha, haceme pumba-pumba" (de unas chicas)



Y el PEOR de todos, a uno de los jugadores, no recuerdo si a Lugano o a Forlán:
"Me dicen Pulpo Paul; porque bajo y como" (de una chica; impresentable)


¿...y ahora? A volver a la realidad: el torneo apertura uruguayo. La dicha siempre es corta.
¡¡¡Uruguay, nomá!!!

martes, 13 de julio de 2010

...y el Pulpo Paul llegó a la Bóveda...

El que no entienda, algunos consejos:

1) Aprenda inglés
2) Lea a Lovecraft (o infórmese sobre él, aunque no sea lo mismo)
3) Busque "Pulpo Paul" en google.
4) Vea el Mundial de Fútbol cuando toca (éste consejo perimió hasta el 2014)

Si todo esto no resulta, pruebe salir del tuper.

The Final Frontier Director´s Cut

Luego del teaser, aca el video de "The final frontier". Por lo oído en el adelanto (en "El Dorado", y ahora con este tema) parece que el disco no defraudará.

Disfruten



The Final Frontier - Director's Cut

Iron Maiden | MySpace Music Videos

El lanzamiento del año

¿Saben lo que es un Teaser? Yo no lo sabía. Tampoco se los voy a explicar. Les dejo link para que sepan (fakin wikipedia).

Y también les dejo el teaser (faltaba más; si no pa que mierda poner lo anterior...) del lanzamiento del año.

Arriba los Hierros!!!


viernes, 9 de julio de 2010

Aguante el Pulpo Paul

He descubierto al Pulpo Paul. Este bichito, alemán él, dicen que ha adivinado todos los resultados de los partidos que le han puesto adelante.

En dos cajas separadas e identificadas con las banderas de los contendientes, colocaban almejas y el pulpo se comía aquella que luego perdería. Este blog no hará comentarios sobre el tema; solo dirá que Capablanca, Perri y Barri solicitaron los derechos de autor de todos los chistes que se desprendan de la citada situación gastronómica.

Y aquí mi hallazgo: si este bichito puede "opinar sobre fútbol", qué estamos esperando para comenzar con el criadero, y así sustituir a Roberto Mamar, Regio Gordis, el Doctor Toto, Rodrigo Romario, y toda la caterva de elementos que contituyen esa asociación para delinquir llamada "periodismo deportivo".

Dejo el link de la noticia de los resultados finales del mundial, siempre segun el leal saber y entender de este ilustre cefalópodo.

De nada.

lunes, 5 de julio de 2010

Abreu no es loco: tiene CLASE

A propósito de los "dichos" de Diegote...

Bien, bien. Después de toda la histeria nacional contra los "dichos anti-uruguayos" de Diegote (expandido boca a boca, acicateado por ciertos "periodistas deportivos" y, salvo honrosas excepciones, creído por  TODOS), convendría hacer un poco de memoria en aras de rectificar lo que todos dan por una verdad inobjetable, esto es, la intencionalidad de los dichos del Diegote de marras. Al pedo nomás porque nadie lo va a leer acá. Pero por lo menos queda.

Antecedentes
1) Cuando Diego andaba como el tuje en Italia, los primero en arrimársele fuerion los uruguayos, dicho por él mismo.
2) El se ha confesado amigo de Francescoli, Aguilera, etc. 
3) Antes de que Uruguay clasificara, dijo que le gustaría cruzarse con Uruguay en la final.
4) Cuando se recuperó de lo de las drogas (antes de Cuba) vino para acá.

Era medio raro que lo hubiera dicho Diegote, pero todos lo dimos por cierto.
Somos tan ratas que odiamos a los argentinos, a pesar de que ellos nos adoran (salvo algunos de Gualeguaychú); a pesar de que les vemos ENTERITOS a Tinelli, Canosa, Rial, y toda la bosta teleteatrera que viene enlatada de ahí; a pesar de que JUGARON A MENOS en las eliminatorias del 2002 para que nosotros clasificaramos (quisiera saber si alguien cree que Brasil hubiera hecho lo mismo)
En fin, soy "dieguista", contra todo lo que digan.

Up the Irons!!!