viernes, 10 de abril de 2009

Granadas discursivas

Hoy voy a contar un episodio de mi vida que se repite bastante seguido, pero bajo circunstancias diferente.

Debo admitirlo: suelo discutir con vehemencia. Sobre todo cuando creo tener razón. Todos lo hacemos. Cuando creemos, o sentimos, o razonamos que tenenos razón (valga la redundancia), solemos defender nuestros puntos de vista con argumentos de peso, con ademanes, con énfasis. Puede ocurrir que de ahí pasemos a elevar la voz... e incluso a elevar muuuucho la voz. En raras ocasiones (bastante raras, por cierto... y por suerte) solemos tirarle algo por la cabeza a nuestro "adversario"; en raras ocasiones. Ocasiones de las que no guardo gratos recuerdos ni recomiendo realizar. Aunque a veces... en fin.

Bueno, aqui el hecho. Uno de estos días pasados concurrimos con mi pareja a casa de unos amigos, recién mudados ellos. Todo venía bárbaro (y de hecho terminó bárbaro, cabe aclarar), hasta que se tocó un tópico que me es particularmente molesto, y que no viene al caso detallar.

Pero aunque no detallemos, aclaremos: no eran cuestiones ideológicas. La vida me ha enseñado a tratar de evitar discusiones ideológicas con quienes tienen puntos de vista antagónicos u opuestos a los míos, siempre y cuando no lleven a ningún lado (la típica "discusión de asado", ¿me siguen?). O sea: si yo estimo que la discusión puede ayudar a un tercero a que entienda la realidad, la doy. Pero si sólo se remite a "quien grita mas fuerte"... estoy empezando a aprender a evitarlas. Me cuesta bastante, pero trato. Este accionar puede no ser muy dialéctico, pero cada vez me dan menos ganas de discutir con quien no puedo convencer, o mejor dicho, con quien está convencido de lo contrario a lo que yo pienso, y por lo tanto jamás va a comulgar con lo mío.

Pero una discusión que suelo dar es la que considero que le aporta al otro (casi nunca en el plano de las ideas, debo admitir). Ejemplo: uso indebido o "inocente" de las tecnologías de la información. Si creo que alguien está usando algo sin conocer el trasfondo total de lo usado, sus implicaciones, las concesiones que realiza, y los riesgos (personales o grupales) que puede acarrear, trato de ser lo más elocuente posible. No porque crea que el resto son taraditos, sino porque parto de la base de que "nadie nació sabiendo", y me remito a esa premisa.

Aclarado el punto, vamos al los pechos. A los hechos. La "discusión" se inició cuando alguien planteó el tópico y yo dejé caer una granada discursiva de esas que hacen que todos te queden mirando. Si, si: suelo ser bastante tirabomba en ese sentido. Reminiscencias de mi orígen geográfico.

De ahí en más, se dió un intercambio amable de puntos de vista con uno de los dueños de casa. Se manejaron argumentos a favor y en contra del tópico tratado, y la cosa terminó en tablas; yo no me bajé de mis argumentos, y el otro no se bajó de los suyos, aunque reconoció que es preocupante el trasfondo de la tecnología usada. De todos modos mantuvo su argumento de que "ya estamos en "el sistema"" y la cosa quedó por esa.

En esas estábamos cuando se hacía la hora de retirarnos, ya que otro compromiso nos reclamaba. Alguien de la reunión que cuenta con la suficiente confianza (no voy a decir quien) me hizo notar la generalmente necia postura mía de querer "ilustrar" a todo el mundo (no fueron esas las palabras, pero como en las películas "los hechos y los personajes fueron levemente alterados para proteger a los inocentes"). Y eso me ha dejado pensando.


¿Se debe uno, tal vez, callar las realidades que conoce, en aras de no resultar ofensivo? ¿Todos tenemos el derecho de usar lo que sea, aunque nos dañe, y nos digan que nos daña, y nos digan que potencialmente dañará a otros? ¿O es la forma en que uno se expresa el problema? Si bien me inclino a responder negativamente las dos primeras, también es cierto que puedo responder afirmativamente esta última.

Es que uno se apasiona... a riesgo de aburrir a todos, y de hartar a quien más quiere. Y/o a quien más lo quiere.

Pavada de post, suponiendo que leyeron el anterior, ¿no?

Up the Irons!!!

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