martes, 15 de diciembre de 2009

Metaleros: ¿intolerantes... o cerrados, nomás?

Primero que nada y antes que todo, voy a aclarar algo, para que lo sepan nomás: SOBRE GUSTOS NO HAY NADA ESCRITO. Lo sé, y además de saberlo lo he comprendido. No es mi intención escribir lo que viene a continuación con aires de doctor, ni con postura exclusivista, ni de verdad revelada.  Tampoco con ánimo de agredir a nadie. Si lo hago, me lo ponen en los comentarios. Lo que sigue es pura visión personal, nada más.

En estos últimos días del año se me ha despertado cierta curiosidad que vengo masticando desde hace tiempo, y que creo que obedece al imaginario cultural de buena parte de la población. ¿Son los metaleros intolerantes, o cerrados nomás? Analicemos el asunto.

El metal es un género musical. Punto. No me vengan con ideologías, no me vengan con bobadas. En este link y a propósito de otras "tribus urbanas" se mencionan cosas como "ideología", "sentido de identidad"... en fin: no estoy de acuerdo. Tal vez con lo de "sentido de identidad". Pero de ahí a hablar de la "ideología" del metal... no uno; DOS campos. El tema ideológico creo que es, como en otros órdenes de la vida, una confusión. Ser metalero no implica necesariamente tener que adherir a una ideología. Los seres humanos en general y no sólo los metaleros se definene por una ideología, de hecho o concientemente. En ese entendido, hay metaleros anarcos, bolches, fachos, metaleros a secas. O sea: de todo. Además, compleja tarea sería definir la ideología metalera, el cuerpo teórico que sustenta el "estilo de vida" metalero, que no deja de ser más que una mentira, tan grande como el "estilo de vida del rock". Pero eso es otro asunto.

Descartada la ideología como algo determinante en el metalero, se presenta el tema etario. Y acá pasa algo interesante: el metalero se forma en la adolescencia (¿cuando, si no?), época de grandes cambios y definiciones del ser humano, y es en ese tiempo que se visualiza el factor externo del metal: tipo y color de la vestimenta, accesorios, estilo de pelo, incluso higiene. Pero salvo excepciones, quien empieza a escuchar metal, nunca deja de hacerlo. ¿Se entiende? Hay quien empieza a gustar en su adolescencia de ciertos estilos... llamémoles "masivos" y luego, con el correr del tiempo y la madurez cognitiva y/o afectiva, se van decantando por música: ó bien más elaborada; ó bien mas intelectual; ó bien mas "comprometida". En definitiva, por música de mejor calidad, pero "calidad" en el sentido de "riqueza musical". Esto debería tender a pasar en la medida en que el ser humano crezca como tal al acceder a información y/o conocimiento que lo ayude a trascender su estado actual por uno más elevado o complejo, emotiva, y cognitivamente hablando. Obviamente que también ocurre el reverso de esta moneda, donde las personas no logran "mejorar" o "evolucionar" como seres humanos y se quedan donde estaban cuando jóvenes (musicalmente hablando). (Detalle: nótese que no hablamos de géneros musicales "comerciales"; porque desde que la producción de la música es una industria, todos los géneros son comerciales).

Pero nos vamos de eje: el metalero empieza a escuchar metal de adolescente, y si es realmente un metalero, seguirá escuchando metal casi que por el resto de su vida. Esto se parece bastante a la realidad de otros géneros: el folclore, la murga, el canto popular latinoamericano ("de protesta" se le llamó en algún momento), el tango. No es un fenómeno raro. ¿O que se creen? ¿Que los que escuchan al Mago en Clarín arrancaron de viejos? ¡No, papá! Los viejos tangueros escuchaban tango de jóvenes. Este es un fenómeno que no se registra con otros estilos, o más bien con otras modalidades musicales. Y aquí vamos a hilar un poco mas fino.


El que escucha "pop latino" ("pop latino": las cosas que hay que oir... En mi época era "cumbia", a secas), es probable que se vuelque (si crece como ser humano, etc.) a la salsa, o por lo menos a sonidos tropicales mas elaborados, más ricos musicalmente, que cubran toda la gama del pentagrama. Pongo este ejemplo porque es el que me viene a la cabeza. Tal vez debería precisar que en realidad, quien escuche radio "de FM" (producida para agradar a la mayor cantidad de gente posible) si crece como ser humano terminará probando música más elaborada con el correr del tiempo, y no necesariamente fuera de su gusto "inicial". Bueno, bueno: hay excepciones. Gente que con 35 años sigue escuchando a David Bisbal o similar.

Y acá se da algo extraño, por lo menos para el lego: el metalero sigue escuchando metal. ¿Por que? Porque el metal es de por sí elaborado. Dejemos de lado el grindcore (o no: igual hay que SABER para tocar grindcore). El metal recoge las tradiciones musicales de: el rock (y casi todas sus variantes); el blues; el punk (sobre todo en grupos mas recientes); el rock progresivo; y la música clásica. Y acá esta el quid de la cuestión. El metal es hijo, entre otras madres, de la música clásica. Muchas escalas utilizadas en el metal provienen de la música clásica. O sea, una de sus características suele ser la elaboración de las melodías. ¿Saben donde se nota esto? Hagan un experimento: cronometren cuanto dura un tema radial "pop". Les paso el dato para que corroboren: entre 2:30 y 3:30 minutos. Para ser mas exactos: 2:42 minutos. Más, es un disparate para la visión radial masiva ("visión radial"; que oxímoron, eh...). La radiodifusión comercial mantienen esos parámetros, se ciñe a ellos y todo aquel que quiera ser repoducido masivamente, deberá acatarlos... o ser un genio que prescinde de la radiodifusión (exceptuando la radiodifusión especializada) y se dedica igual a lo que gusta. Un caso que pone a prueba la regla es Joan Manuel Serrat. Nadie va a discutir que el tipo es un poeta, y montañas de sus canciones (sobre todo en los primeros años) bien pueden caer en la categoría "hit pop" por su duración.

Pero el metal, por sus características musicales, puede desarrollarse (de hecho, lo hace) al margen de lo que los yanquis llaman "mainstream" (no al margen de la industria; al margen del "mainstream"). Y acá otra acotación: siempre estamos hablando de metal, y no de pop con imagen de metal. No es una visión subjetiva: el pop-metal tienen las características del pop, sus letras y hasta sus melodías, pero bañado con una estética metal. No hablamos de eso.

Las mas reconocidas bandas de metal, las que mas han durado, las que más impacto e influencia han generado, y las que son más recordadas... en fin, las más originales, no bajan EN CASI NINGÚN CASO de los 5 minutos por tema. No es posible. No se puede hacer música elaborada en 2:42 minutos. Tal vez el único ejemplo sea el de "El vuelo del moscardón", inmortalizada por Manowar en su versión metalera de 1988 para el "Kings of Metal", e igualmente tiene trampa: esta pieza es en realidad un interludio musical de la ópera "El cuento del Zar Saltán" de Nikolai Rimski-Korzakov. O sea: una pieza clásica, y más precisamente un parte de una ópera. Ya se sabe lo que dura una ópera.

¿Y toda esta disertación? Era para demostrar, o para enunciar, que los metaleros somos persistentes en cuanto a gustos musicales por el resto de nuestras vidas (como también pasa con otros géneros musicales) : el metal no es una moda, ni cuestión de adolescencia. No nos olvidemos que en la adolescencia es cuando se empieza a afirmar nuestra personalidad adulta: musical, politica, sexual. O sea: ser hetero u homo, bolche o facho, metalero o cumbiero, no es una moda. Es parte de la personalidad.

Pero como no renunciamos a escuchar lo que nos gusta (nadie lo hace, de hecho), y como en general se percibe erróneamente que el metal es una moda o "algo de adolescentes", el resto (los "no metaleros", digamos) llegan a acusarnos de intolerantes, por seguir escuchando lo que nos gusta... o por seguir usando remeras de los grupos que nos gustan. Dicha acusación es transversal a la vida: todo aquel que lleva sus ideas o sus gustos hasta las últimas consecuencias y en contra de "lo que la mayoría dice o hace" es pasible de ser etiquetado de "intolerante". No sé porqué, debería preguntarle a algún sociólogo. Miedo al diferente, tal vez.

Lo de la ropa es particularmente notorio. Quienes nos acusan de intolerantes, no toleran que llevemos remeras de grupos. Y no hablo de remeras con mensajes racistas, xenófobos, misóginos e ainda mais. No. Hablo de remeras de los grupos, nomás.

Otro ítem interesante es el de las reuniones. Quien escuche metal concordará que las reuniones donde TODOS o la mayoría de las personas son metaleras son mas bien escasas. Para que se de semejante hecho, pagamos entrada. Pues bien, cuando en una reunión, ya escuchados TODOS los géneros musicales, se nos ocurre poner algo que nos contempla... CHAN, te caen con las dos patas en el lomo: "Hey, para un poco con ese ruido, bo", "Huuuu, poné algo que nos guste a todos", "Ahí está, ya arrancó el ruidoso éste". Perdón: ¿el intolerante era yo? Nunca vi a ningun adalid de la igualdad ir a una de las (escasas) reuniones de metaleros (o con predominancia de metaleros) y bancarse la música de éste género sin irse a la media hora. Ni hablar de que te acompañen a un "toque". La única salvedad puede ser cuando uno cumple años. Y ni tanto: corrés el riesgo de estar comiendo y tomando "del cumple" por dos semanas, auyentados los asistentes ante los agudos de Dickinson o la viola de Dimebag.

¿Quieren otra? Si en la radio estan pasando metal (ha pasado: Metallica logró sonar en la radio, e incluso Megadeth), la reacción del "no-metalero" es una sola: bajar el volumen.

Bien, tal vez algunos de nosotros seamos bastante cerraditos, pero... ¿intolerantes? Me parece que el muerto se asusta del degollado. Ojo: seguimos hablando en general: siempre hay especímenes rescatables, en uno u otro "bando".

Bien, para terminar, un regalito: acá pueden descargar un documental llamado "Metal: viaje de un metalero" (Metal: a headbanger's journey) realizado por el antropólogo Sam Dunn en 2005, canadiense de 31 añitos de edad, y metalero de chiquito.
Dos palabras: EXCE-LENTE. Para los metaleros: obligatorio. Para los demás: recomendable. Hecho de manera seria, un gran trabajo. Les ayudará a entendernos.

Salió larguito el post, sobre todo para fin de año.
Nos vemos en breve.

Up the Irons!!!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

super de acuerdo con los ultimos puntos

Anónimo dijo...

Citandoté: "EXCE-LENTE" el post, informativo y sobre todo bastante objetivo respecto a la escencia misma del metal.

Anónimo dijo...

Mas que intolerantes, son puntualmente homofóbicos y machistas en general. Y la antítesis de la sensibilidad.

Arriba los Hierros!!! dijo...

No comparto, querido unknown, no comparto. No somos ni mas machistas, ni mas homofóbicos que todo el resto de la sociedad. El problema no son los metaleros: homofóbicos puntuales y machistas en general se pueden encontrar en todas las tribus urbanas, en todas las clases sociales, en todos los grupos humanos... incluso entre mujeres.