viernes, 5 de junio de 2009

...pequeño saltamontes...

La noticia recorrió el mundo, y me heló el corazón: ha muerto David Carradine, el monje shaolin, el pequeño saltamontes, KUNG-FU.

Su recuerdo me retrotrae a mi mas tierna infancia. Si bien la serie se emitión entre 1972 y 1975 (60 capítulos), yo la ví aca en Yorugualandia cuando era chico. Mas o menos tendría 8 años. Calculo, porque no me acuerdo bien, pero sé que era cuando aún estaba en la escuela.

Las enseñanazas del maestro Po y del maestro Kan habían calado hondo en mí, al punto de tener que ser amonestado por mis maestras escolares (repetidas veces, e incluso con llamadas a mis padres) por surtir a mas de uno con golpes de kung fu y patadas voladoras.

Un recuerdo que jamás perderé data de 6º año de escuela. Los bancos eran de madera, para que se sentaran dos alumnos, ¿recuerdan?, y estaban construidos de tal forma que el asiento y el respaldo estaban "pegados" al escritorio que usaban los alumnos de atras; ¿se entiende?


Así que poníamos los bancos contra la pared, uno al lado del otro y mirando al centro de la clase (todo cuando no había maestros en la vuelta). De esta forma se generaba una suerte de "tunel" que podía recorrer toda la clase a lo largo de sus paredes. Era increíble.

Pero también generaba una pasarela a casi un metro de altura, por donde los mas osados corríamos de una punta a la otra. Al final de una de esas pasarelas, había una hilera de armarios de madera, pegados a la pared. No sé aún que arranque me llevó cierto día a correr por la pasarela, y al grito de "KUNG FUUUUUUUUUUUUU" tirar una patada voladora al mueble... y hacerle un agujero, y quedar mi pié prisionero de ese hueco.

Un compañero de clase no podía parar de reírse, y yo le suplicaba que me ayudara: si un maestro te pescaba en una de ésas, eras boleta. Al final pude sacar mi pie de la trampa mortal, ya perdidas las ínfulas de Kwai Chang Caine. El hueco se disimuló lo mejor que se pudo. No recuerdo si alguien pagó el pato por ello: pero sí recuerdo que no fuí yo.

En el sitio web del actor se le da la despedida, con una respuesta de comentarios que exceden las 30 páginas.

¿Teorizar sobre las causas del desceso? Ojalá se haya ido al otro barrio de la mejor forma posible, y dado que se lo encontró en una habitación de hotel en Bankok y desnudo, todo parece indicar que así fué. Una leyenda de su magnitud no se merecía menos.
Pequeño Saltamontes, que descanses en el paraíso de los shaolines. Y ojalá tengas en cuenta dos cosas: por ahí puede andar Bruce Lee (ojo con él, 'ta salado); y cuando le toque el turno a Chuck Norris, cagalo a patadas, que es pura bulla. Al auténtico siempre fuiste vos.

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